martes, 28 de febrero de 2017

LA BIBLIA... PALABRA DE DIOS




Se llama Biblia al conjunto de textos inspirados por Dios para conducir a los hombres al cielo. Los libros anteriores a Jesucristo forman el llamado antiguo testamento. Los demás textos son el nuevo testamento. La inspiración divina de la Biblia está avalada por las tradiciones judeo cristianas.
Los judíos sólo aceptan como inspirados los libros del antiguo testamento. Suelen entenderlos bastante literalmente y con rigor en aplicaciones detalladas.


Es el libro más leído, traducido en casi todas las lenguas, Compuesto por 73 libros 46 Antiguo Testamento y 27 Nuevo Testamento, escritos por diversos autores en diferentes épocas. En todos los libros de la Biblia aparece DIOS. En sus libros conseguimos Himnos, Leyes, Proverbios; Escritos Didácticos, Narrativos, Proféticos, Históricos... Que tienen que ver con Dios.
"Testamento" significa aquí "alianza", "contrato". Antiguo testamento: es la Antigua alianza de Dios con su pueblo, es la etapa de la promesa, preparaba la nueva alianza, en Cristo, el Dios con nosotros. En el nuevo testamento: Conocemos a Jesús, su mensaje, su vida, su obra… la Buena Nueva… así como el inicio de la Iglesia y la vida de los primeros cristianos
Cualquier persona al leer un libro lo comprende de una manera que puede ser diferente al modo de entenderlo de otro lector. Esto es correcto también al leer la Biblia. Sin embargo, puede suceder que alguna lectura obtenga conclusiones opuestas a lo que Dios quiere decirnos. Por esto, conviene que además de las opiniones personales, exista una interpretación auténtica que garantice la fidelidad al deseo divino. Entre los católicos, esta tarea la realiza el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con la Tradición.
El Jesucristo lo prefirió así, como lo muestra la misma Biblia: Jesucristo eligió a Pedro como cabeza y pastor de su Iglesia y le dijo: "todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19).
Jesús confirma y mejora al antiguo testamento. Sin embargo, en sus indicaciones a los Apóstoles nunca habla de seguir la Biblia, sino de predicarle a Él, sus enseñanzas.
Jesucristo dijo a los Apóstoles: "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado" (Mt 28, 19-20). (Cuanto os he mandado oralmente pues así enseñó Jesús).
La inspiración divina de la Biblia significa que Dios mismo es el autor principal de estos libros, aunque utilizó para escribirlos un instrumento humano. El autor humano escribe con su estilo, pero bajo la inspiración divina, de modo que lo escrito realmente es palabra de Dios.
Los teólogos emplean las sagradas escrituras para sus estudios. Los católicos usamos la Biblia para aprender y orar, no para resolver cuestiones. Para solucionar dudas disponemos del catecismo.
Los protestantes y los judíos se preguntan ¿dónde dice la Biblia esto?, y como si todos fueran grandes teólogos se ponen a analizar las Escrituras, con resultados no siempre acertados pues no todos son expertos bíblicos. Los católicos a la hora de resolver dudas nos preguntamos más bien ¿qué dice el catecismo sobre esto? Y obtenemos grandes ventajas: el catecismo es más claro, reúne enseñanzas más desarrolladas, y es igual de seguro que la Biblia. Para resolver cuestiones, la Biblia reclama estudios e interpretación que no están al alcance de cualquier aficionado. Para orar es maravillosa.



Los Evangelios
Los evangelios son los cuatro libros del Nuevo Testamento en los que se habla de la vida, enseñanzas, acciones, pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios y salvador del mundo, lo cual para los creyentes es Buena Noticia. Hay que distinguir entre “Evangelio” y “evangelios”. El Evangelio era el mensaje de Jesús y sobre Jesús, mientras que los “evangelios” eran los escritos en los que se contenía dicho mensaje.
Son canónicos aquellos evangelios que fueron aceptados por las primeras comunidades cristianas como inspirados, y pasaron a formar parte del canon o lista oficial de libros inspirados del Nuevo Testamento. Estos evangelios canónicos son cuatro: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Estos cuatro evangelios canónicos representan dos tradiciones distintas sobre el mismo acontecimiento de Jesús: Mateo, Marcos y Lucas representan una misma tradición, por lo que tienen muchas cosas en común y por lo cual se les llama evangelios sinópticos, pueden leerse en paralelo y compararse por su similitud.
En cambio, el evangelio de Juan representa otra tradición, y de ahí sus diferencias con los sinópticos. No obstante, los cuatro coinciden en lo fundamental: Jesús, en cuya vida, enseñanzas, acciones, pasión, muerte y resurrección acontece la salvación de Dios.



Actividad: Como actividad complementaria debes leer este material publicado en el Blog de la Catequesis para Adultos, y buscar las citas biblicas de la imagen anterior, que en la clase no dio tiempo, y escribelas en una hoja aparte que debes llevar el próximo domingo.
.- Escribe con tus propias palabras todo lo sabes o has aprendido sobre La Biblia, y escríbelo aquí como comentario.

lunes, 20 de febrero de 2017

Buscando la felicidad… buscando a Dios




En el interior del hombre existe un afán de felicidad y de realización, que es parte de la naturaleza humana.
Todos y cada uno de los hombres pasan la vida buscando la felicidad eterna, el ser siempre felices. Se busca algo que nunca se acabe, una felicidad infinita que sea capaz de llenarle. Esto trae como consecuencia la necesidad de certezas, de algo en qué agarrarse.
En el interior del hombre existe un afán de felicidad y de realización, que es parte de la naturaleza humana, las personas están llamadas a vivir en comunión con Cristo.
Únicamente el amor de Dios puede llenar al hombre completamente. Como esta felicidad tan ansiada, este amor que no cesa es difícil de encontrar muchos se desvían en su búsqueda poniendo la felicidad en cosas, o personas que nunca van a dar la satisfacción plena. Otros desisten y otros desesperan.

¿Sabemos por  qué y para qué vivimos? ¿La vida tiene de verdad sentido?

Estas preguntas siempre se hacen, sobre todo cuando todo va mal. Primero porque si no alcanzamos la meta, fue en vano el viaje de la vida. Segundo, el hombre no se encuentra a sí mismo hasta que no descubra por qué y para que vive.
El hombre es como una pregunta sin respuesta, si no se encuentra con Dios. Pero, ¿dónde está Dios?

Dios reconocible por su obra
Si, no sabemos dónde está Dios, no podemos verle, pero podemos reconocerlo en todo lo creado.
San Pablo. “sus atributos invisibles – su poder eterno y su divinidad – se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras”. Romanos 1, 20.
La creación es un libro que nos habla de Dios. El hombre es la coronación del universo, por eso encontramos a Dios de una manera especial en nuestro interior.

Dios nos creó con conciencia, libertad y voluntad.


CONCIENCIA:
Se define en general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. El hombre sabe que sabe, tiene conciencia de si mismo. Con origen en el vocablo latino conscientia (“con conocimiento”), la conciencia es el acto psíquico mediante el cual una persona se percibe a sí misma en el mundo.






LIBERTAD:
Es la capacidad del ser humano para obrar según su propia voluntad, a lo largo de su vida. Por lo que es responsable de sus actos. Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.











VOLUNTAD:
Capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no. La voluntad implica generalmente la esperanza de una recompensa futura, ya que la persona se esfuerza para reaccionar ante una tendencia actual en pos de un beneficio.









Queremos ser buenos
También está dentro de nosotros el anhelo de ser buenos. la Conciencia… me exhorta, me acusa, me anima y empuja a hacer lo bueno.
Detrás de la llamada de la conciencia, en nuestro anhelo de ser buenos y hacer lo bueno, se aprecia el bien infinito y al infinitamente bueno… a Dios.

Queremos ser felices sin límites
Se nos pasa la vida detrás de la felicidad.
Siempre esperamos algo, cuando lo alcanzamos, nos fijamos otra meta. Es como si corriéramos  detrás de nuestra propia sombra, y vamos siempre a la misma distancia.
Hay momentos en la vida en que nos sentimos felices. Pero ¿cuánto tiempo nos duran esa felicidad? Este mundo limitado no puede satisfacer nuestro deseo infinito.
En todos los aspectos, eso infinito y perfecto lo llamamos: DIOS. Y a él, de una manera u otra, lo buscamos en nuestros anhelos y esperanzas. Todos buscamos, esperamos y queremos lo mismo. Ser felices.
Tenemos ansias de vivir, de vivir bien, de vivir plenamente. Dinero, fama, poder no pueden satisfacer nuestros anhelos más profundos. En un instante todo se puede perder y se sabe que proporcionalmente se suicidan más ricos que pobres.
Todo lo que esta vida nos puede ofrecer nos parece poco para llenar nuestro corazón definitivamente, siempre queremos y necesitamos más. Buscamos más de lo que la vida en esta tierra nos puede ofrecer.

¿Podré ser feliz para siempre?
Con la propia vida vamos dando una respuesta a esta pregunta con tres caminos.
1.- huir de tomar una decisión … no me interesa
2.- Creer que la vida no tiene sentido  … es imposible
3.- Esperar que los deseos se cumplan algún día … me interesa y mucho.

La felicidad sólo la podemos recibir como un regalo
No se puede fabricar la felicidad. Esta, tiene que ver con el amor y con los demás. El amor sólo puede florecer en el campo de la libertad.
No puedo obligar a nadie a que me ame, pero puedo abrirme y dejarme amar, dejar de girar todo sobre mi mismo y pensar en el bien del otro.
La felicidad se le puede alcanzar en el encuentro con los otros y en el amor sincero. A todos los niveles.

La plena felicidad me la puede dar solamente DIOS
Ningún amor humano puede llenar nuestra hambre de felicidad. Ninguno es para siempre. El amor de Dios permite que yo viva. Quien cree en Dios tiene una meta maravillosa. No sólo buscará un poco de  “calidad de vida y superación personal”, sino además la plenitud de vida.
Y eso no es algo para cuando muramos y pasemos a otro nivel de vida, sino aquí y ahora.
La decisión es mía o me abro a Dios y quiero depender de su infinito amor, O sigo girando sobre mí mismo y disfrutando de los cortos momentos de felicidad que me ofrece el mundo.

Actividad:

Luego de participar en el encuentro de Catequesis y de leer este material publicado.

Define con tus propias palabras que es la felicidad?

E indica si es posible para ti ser feliz.