En el interior del hombre existe un afán de
felicidad y de realización, que es parte de la naturaleza humana.
Todos y cada
uno de los hombres pasan la vida buscando la felicidad eterna, el ser siempre
felices. Se busca algo que nunca se acabe, una felicidad infinita que sea capaz
de llenarle. Esto trae como consecuencia la necesidad de certezas, de algo en
qué agarrarse.
En el
interior del hombre existe un afán de felicidad y de realización, que es parte
de la naturaleza humana, las personas están llamadas a vivir en comunión con
Cristo.
Únicamente el amor de Dios puede llenar al hombre completamente. Como esta felicidad tan ansiada, este amor que no cesa es difícil de encontrar muchos se desvían en su búsqueda poniendo la felicidad en cosas, o personas que nunca van a dar la satisfacción plena. Otros desisten y otros desesperan.
Únicamente el amor de Dios puede llenar al hombre completamente. Como esta felicidad tan ansiada, este amor que no cesa es difícil de encontrar muchos se desvían en su búsqueda poniendo la felicidad en cosas, o personas que nunca van a dar la satisfacción plena. Otros desisten y otros desesperan.
¿Sabemos
por qué y para qué vivimos? ¿La vida
tiene de verdad sentido?
Estas
preguntas siempre se hacen, sobre todo cuando todo va mal. Primero porque si no
alcanzamos la meta, fue en vano el viaje de la vida. Segundo, el hombre no se
encuentra a sí mismo hasta que no descubra por qué y para que vive.
El hombre es
como una pregunta sin respuesta, si no se encuentra con Dios. Pero, ¿dónde está
Dios?
Dios reconocible por su obra
Si, no
sabemos dónde está Dios, no podemos verle, pero podemos reconocerlo en todo lo
creado.
San Pablo. “sus atributos invisibles – su poder eterno y su divinidad –
se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo,
por medio de sus obras”. Romanos 1, 20.
La creación
es un libro que nos habla de Dios. El hombre es la coronación del universo, por
eso encontramos a Dios de una manera especial en nuestro interior.
Dios nos creó con conciencia, libertad y voluntad.
CONCIENCIA:
Se define en
general como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. El
hombre sabe que sabe, tiene conciencia de si mismo. Con origen en el vocablo
latino conscientia (“con conocimiento”), la conciencia es el acto
psíquico mediante el cual una persona se percibe a sí misma en
el mundo.
LIBERTAD:
Es la
capacidad del ser humano para obrar según su propia voluntad, a lo largo de su
vida. Por lo que es responsable de sus actos. Facultad y derecho de las personas para elegir
de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.
VOLUNTAD:
Capacidad
humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no. La voluntad implica generalmente la esperanza de una recompensa futura,
ya que la persona se esfuerza para reaccionar ante una tendencia actual en pos
de un beneficio.
Queremos ser buenos
También está
dentro de nosotros el anhelo de ser buenos. la Conciencia… me exhorta, me
acusa, me anima y empuja a hacer lo bueno.
Detrás de la
llamada de la conciencia, en nuestro anhelo de ser buenos y hacer lo bueno, se
aprecia el bien infinito y al infinitamente bueno… a Dios.
Queremos ser felices sin límites
Se nos pasa
la vida detrás de la felicidad.
Siempre
esperamos algo, cuando lo alcanzamos, nos fijamos otra meta. Es como si
corriéramos detrás de nuestra propia
sombra, y vamos siempre a la misma distancia.
Hay momentos
en la vida en que nos sentimos felices. Pero ¿cuánto tiempo nos duran esa
felicidad? Este mundo limitado no puede satisfacer nuestro deseo infinito.
En todos los
aspectos, eso infinito y perfecto lo llamamos: DIOS. Y a él, de una manera u
otra, lo buscamos en nuestros anhelos y esperanzas. Todos buscamos, esperamos y
queremos lo mismo. Ser felices.
Tenemos
ansias de vivir, de vivir bien, de vivir plenamente. Dinero, fama, poder no
pueden satisfacer nuestros anhelos más profundos. En un instante todo se puede
perder y se sabe que proporcionalmente se suicidan más ricos que pobres.
Todo lo que
esta vida nos puede ofrecer nos parece poco para llenar nuestro corazón
definitivamente, siempre queremos y necesitamos más. Buscamos más de lo que la
vida en esta tierra nos puede ofrecer.
¿Podré ser feliz para siempre?
Con la
propia vida vamos dando una respuesta a esta pregunta con tres caminos.
1.- huir de
tomar una decisión … no me interesa
2.- Creer
que la vida no tiene sentido … es
imposible
3.- Esperar
que los deseos se cumplan algún día … me interesa y mucho.
La felicidad sólo la podemos recibir como un regalo
No se puede
fabricar la felicidad. Esta, tiene que ver con el amor y con los demás. El amor
sólo puede florecer en el campo de la libertad.
No puedo
obligar a nadie a que me ame, pero puedo abrirme y dejarme amar, dejar de girar
todo sobre mi mismo y pensar en el bien del otro.
La felicidad
se le puede alcanzar en el encuentro con los otros y en el amor sincero. A
todos los niveles.
La plena felicidad me la puede dar solamente DIOS
Ningún amor
humano puede llenar nuestra hambre de felicidad. Ninguno es para siempre. El
amor de Dios permite que yo viva. Quien cree en Dios tiene una meta
maravillosa. No sólo buscará un poco de
“calidad de vida y superación personal”, sino además la plenitud de
vida.
Y eso no es
algo para cuando muramos y pasemos a otro nivel de vida, sino aquí y ahora.
La
decisión es mía o me abro a Dios y quiero depender de su infinito amor, O sigo
girando sobre mí mismo y disfrutando de los cortos momentos de felicidad que me
ofrece el mundo.
Actividad:
Luego de participar
en el encuentro de Catequesis y de leer este material publicado.
Define con tus
propias palabras que es la felicidad?
E indica si es
posible para ti ser feliz.
¿Que es la felicidad?
ResponderEliminarLa felicidad para mi es un estado de animo, que se encuentra cuando haces lo que te gusta
¿Es posible para mi ser feliz?
Si, es posible ser feliz si logro lo que me propongo y si me gusta hacerlo